Ameca
Localización
El municipio se encuentra en el centro occidente del estado; sus coordenadas geográficas extremas son: 20º 25’ 00’’ a 20º 42’ 00’’ de latitud norte y de 103º 53’ 15’’ a 104º 17’ 30’’ de longitud oeste27.Delimitación
Limita al norte con los municipios de San Marcos, Etzatlán y Ahualulco de Mercado; al sur con Atengo y Tecolotlán; al este con Teuchitlán y San Martín Hidalgo y al oeste con Guachinango y el estado de Nayarit28.Vías de comunicación
Carretera Ameca-Guadalajara Km 45.5, a una hora de Guadalajara. Las líneas de transporte para el municipio de Ameca son: La Alteña, Rojos de Los Altos, Flecha Amarilla y recientemente la línea Talpa, con salida cada 20 minutos de la Central antigua de Guadalajara, con opción a ser abordados en el Periférico y la carretera a Nogales. (Periférico esquina con Av. Vallarta).Población
El municipio tiene 56,343 habitantes29.Extensión
Su extensión territorial de 685.73 Km2.
Clima
El clima es semiseco y semicálido, predominando el invierno y primavera secos, sin cambio térmico invernal bien definido. La temperatura media anual es de 21.4º C, con máxima de 29.4º C y mínima de 13.5º C.Vegetación
La vegetación del municipio debido a su ubicación geográfica, se compone de diferentes especies de árboles como son: encino, pino, oyamel, matorrales espinosos, mezquite, palo dulce, guamúchil, eucalipto y árboles frutales.Fauna
Las especies animales que habitan en esta zona son: puerco espín, puma, leoncillo, tejón, armadillo, ardilla, coyote, conejo, así como muy diversas aves y reptiles.Reseña Histórica
El nombre de este municipio es un derivado de Amecatl, que en lengua náhuatl significa Cordón de agua (Atl, agua y mecatl, cordón). El río Ameca que corre cerca del poblado es el responsable del nombre. A principios del siglo XVI los purépechas llegaron a la zona guiados por Jojouhquiteguani, un cacique guerrero con afanes de conquista. Jojouhquiteguani era conocido como el “León bravo” pues dominó la región y le declaró la guerra a Cazonzi, señor de Pátzcuaro, también indígena purépecha. El origen de los ataques fue el control del salitre de Zacoalco. Los cazcanes eran los habitantes de la zona de Ameca en ese momento y ofrecieron resistencia aliándose con Etzatlán, pero el “León bravo” resultó vencedor y sus descendientes reinaron sobre Ameca hasta la llegada de los ibéricos. Finalizando 1524, llegó a la zona una expedición española liderada por Juan de Añesta, gobernador de Suitzil (Jilguero). Francisco Cortés de Buenaventura lo guió en el trayecto. Añesta gobernó la zona con ecuanimidad hasta su muerte en 1549 y su hijo, Juan de Iniesta (que modificó el apellido paterno) fue corregidor de la comarca.
Fray Antonio de Cuéllar comenzó la evangelización de los naturales en 1541, pero murió al poco tiempo pues ese mismo año comenzó la guerra del Mixtón y los indígenas comandados por el cacique Tenamaxtli fueron implacables con los extranjeros. La muerte de fray Antonio fue repentina pues ocurrió en el mismo año de su llegada. Las crónicas de la época refieren que el fraile se dirigía hacia Etzatlán y sufrió un asalto en plena sierra. Un capitán y varios indígenas lo atacaron asestándole tres flechas en el rostro. No murió instantáneamente y fue rescatado por pobladores de Ameca que intentaron curarlo aunque la enorme gravedad de sus heridas no le permitió seguir con vida. El 12 de agosto de 1541 murió y fue enterrado por sus compañeros franciscanos en el convento de Etzatlán junto a fray Juan Calero. El palacio municipal de la población fue construido en 1549. Ameca fue anexada a la Nueva España y no a lo que en poco tiempo sería la Nueva Galicia, hasta el siglo XVIII, pues con las reformas borbónicas se creó un sistema administrativo que dividió los reinos del imperio español por intendencias y así Ameca pasó a formar parte de Guadalajara.
Finalizando el siglo XVI, la población indígena amequense había disminuido ostensiblemente. La causa fue la conquista de las islas Filipinas y la necesidad de mano de obra para transportar los materiales necesarios en la construcción de las embarcaciones que del puerto de Navidad cruzaban el Océano Pacífi co para llegar a las Filipinas. En el año de 1684 comenzó la construcción de la iglesia de San José, así como del hospital anexo. En 1698 el trabajo fi nalizó y desde entonces Ameca cuenta con estos dos inmuebles, importantes para su patrimonio cultural.
En 1619, el capitán Pedro Enríquez Topete abrió el primer ingenio azucarero de la región. La parroquia de Santiago Apóstol fue construida aproximadamente en esa época y sufrió modifi caciones hasta 1930. La fachada fue esculpida en cantera rosa y la torre fue dividida en tres cuerpos. Al interior, el retablo principal fue modifi cado y actualmente es de estilo neoclásico y la cruz atrial de la entrada muestra fi guras labradas que representan la Pasión de Cristo. Según una inscripción, la cruz fue esculpida en 1687, pero fue colocada a la entrada del templo en 1887.
Políticamente, Ameca estuvo adscrita a Colima, luego a la Nueva España, a la Provincia de Ávalos y luego a Sayula. En 1824 (el 28 de enero), el Congreso Constituyente del Estado de Jalisco decretó que Ameca debía formar parte del departamento de Cocula, el cual pertenecía al Quinto Cantón de Jalisco.
Ameca fue reconocida como ciudad de manera ofi cial el 22 de abril de 1833. El 10 de diciembre de 1860 alcanzó el título de cabecera del Quinto Cantón de Jalisco. La cabeza de partido era Autlán, pero Ameca no aceptaba esa imposición y varios ciudadanos distinguidos manifestaron su inconformidad. Estos fueron: El síndico procurador José Antonio Pacheco, los regidores Manuel Soto, José Antonio Villaseñor, Miguel Guzmán, José María Ibarra, Miguel Villaseñor, José María Salcedo, J. Carmen Santana; también los militares locales participaron, entre ellos cabe mencionar al comandante del Escuadrón Nacional teniente coronel Lino Fregoso, el sargento mayor Francisco Topete, el ayudante primero Miguel Antonio Güemes y el segundo, Luis Villaseñor, entre otros. De los miembros de la administración civil de Ameca que se adhirieron al movimiento no hay que olvidar al administrador de correos, José Agustín Gómez, el administrador del tabaco Vicente Figueroa y el subreceptor de alcabalas, Ignacio Figueroa. El ocho de junio de 1823 el ayuntamiento de Ameca se pronunció a favor de la causa liberal. En 1854 se erigió el templo de La Concepción y en 1875 la parroquia de Guadalupe.
Actividad Comercial
Ameca es un destacado centro agrícola, comercial, industrial y ganadero; sus habitantes cultivan tanto caña de azúcar como cereales y crían ganado vacuno, porcino y caballar. También se dedican a la apicultura, avicultura y explotación forestal30.En la industria, destacan el ingenio azucarero y la industria forrajera; existen además productoras de ladrillos, tortilladoras, carpinterías, panaderías y talabarterías.
Fiestas populares
El ciclo festivo del municipio de Ameca discurre con celebraciones que en su mayoría giran en torno a la tradición católica. La festividad del Señor Grande de Ameca31 se realiza en el mes de mayo; las actividades que se desarrollan son misas de novenario, peregrinaciones, castillos y eventos culturales, derivadas de la devoción que se le rinde a la imagen del Señor Grande de Ameca, tiene una duración de nueve días. La fi esta del Santuario de Guadalupe, se celebra del 1 al 12 de diciembre con mañanitas, peregrinaciones, misas, juegos mecánicos y pirotécnicos; la sede es el templo del mismo nombre32. La fi esta de San José, se inicia el 19 de marzo, con una duración de nueve días, con repique de campanas, novenarios, peregrinaciones y misas, en el barrio que lleva su nombre dentro de la cabecera municipal.
La fiesta de la Virgen de La Candelaria, se lleva a cabo en la hacienda de El Cabezón, el día 2 de febrero33; la versión histórica de esta celebración cuenta que en la antigüedad existía una fi esta que se dedicaba a la diosa de la Agricultura, Demeter, a quien se le rendía culto y se le llevaba para bendecir semillas; en este rito se utilizaban velas para despedir los fríos y despertar la tierra, de ahí el nombre de Candelaria, por las candelas que simbolizan la luz y alejaban las tormentas, el mal y los temblores. La fi esta de San Antonio, se celebra del 5 al 13 de junio en la hacienda de San Antonio Matute, donde se llevan a cabo eventos religiosos, culturales y deportivos, al igual que bailes populares. Las festividades de La Asunción se realizan en las haciendas de la Esperanza y Santa María de la Huerta, el día 15 de agosto.
El carnaval se efectúa durante diez días anteriores al Martes de Carnaval, principiando un sábado con el “entierro del mal humor” y concurso de disfraces; todos los días hay jaripeos, carreras de caballos, peleas de gallos, serenatas, bailes populares, eventos culturales y deportivos. En la celebración del Agosto Cultural, durante ese mes se realizan actividades diversas.
Artesanías
Los productos artesanales de este municipio tienen una importancia intrínseca, puesto que refl ejan los valores del pueblo de Ameca, que van de lo artesanal a lo industrial y es a través de ellos que podemos conocer el perfi l y la evolución de la cultura del municipio. Entre los productos que se elaboran están los que se derivan de la talabartería y los huaraches34, que de alguna manera se identifican fácilmente en el paisaje urbano del centro de Ameca, cuando uno visita este municipio.Gastronomía
Existe
un arte culinario que caracteriza a cada pueblo; una gran mayoría de
esas recetas y sus variaciones tienen su origen en la cocina tradicional
que se desarrolla a lo largo del tiempo, con sus respectivos rituales
de preparación. La comida típica en el municipio es el pozole blanco,
las “enchiladas Ameca”, tamales, la birria horneada o tatemada, los
picones rellenos de pasas y nuez, las
gorditas de horno y la bebida es el tequila.
Palacio Municipal
Construcción
que tras un incendio (1914) fue reconstruida entre 1917 y 1924. De
estilo neoclásico, cuenta con una fachada de dos niveles; el primero con
pórtico al centro sostenido por tres arcos de medio punto y a los lados
ventanas y puertas rectangulares; el segundo nivel ostenta al centro un
balcón, con techo sostenido por ocho elegantes columnas de fuste
estriado y capitel en cantera de orden compuesto; sobre las columnas se
observa una cornisa corrida, con dentículos; el remate es de forma
mixtilínea con el escudo nacional en relieve; a los lados del balcón
lucen ventanas con arcos de medio punto en cantera y en los extremos
remates de frontón. Al lado derecho de la fachada se admira una torre de
planta cuadrangular y de dos cuerpos, el primero con arcos de medio
punto fl anqueados por pares de pilastras estriadas con capitel en
cantera, de orden corintio; el segundo cuerpo con reloj a cada lado
enmarcado en cantera y un remate en forma de almenas.
Al ser promulgada la Constitución de 1917, empezó en el país una época de orden y trabajo, las autoridades elegidas se empeñaron en reconstruir, ordenar, dar confi anza, emprender programas de desarrollo y bienestar social.
En este aliento, el ayuntamiento que presidió el Sr. Adolfo C. Preciado acordó la necesaria construcción de un palacio para el gobierno y encomendó al Ing. D. Porfi rio Lomelí la elaboración del proyecto respectivo. “Durante varios años se prolongaron los trabajos de construcción de esta magna obra, siendo llevados a cabo por las sucesivas autoridades municipales que presidieron los señores Julio Solórzano, Everardo Coronado, Vicente Zepeda y José C. Díaz Navarro”, anota el profesor Filemón, quien goza contemplando la torre almenada colocada en el ángulo exterior, que ha venido a ser como el emblema identifi cador de Ameca; desde ahí describe todo el conjunto arquitectónico al señalar.
“Lo que más destaca en su fachada principal es el pórtico de la comandancia de policía en la planta baja y un pabellón de la planta alta que ostenta ocho columnas de bello estilo corintio que sirven de sostén a primorosos cornisamentos los cuales se prolongan en forma superpuesta en la parte superior de la fachada. En un saliente colocado en la parte de arriba de dicho pórtico se encuentra incrustado el escudo nacional, hecho en fi na cantería rosa. En los extremos del edifi cio hay dos frontones triangulares que armonizan perfectamente con la unidad del conjunto”.
De forma rectangular, adoquinado, con fuentes de cantera que ostentan un vertedero en forma de capitel compuesto. Cuenta con área jardinada y bancas. Al centro luce un kiosco con base de estilo francés, construido a principios de siglo; es de planta poligonal, con techo en forma de corona, sostenido por postes de metal.
En el año de 1526, procedentes de Etzatlán, Jalisco, llegaron al valle de Ameca los misioneros franciscanos Francisco Lorenzo, Juan Calero y Antonio Cuéllar, quienes con verdadero celo apostólico se dedicaron a evangelizar a los naturales y a buscar alivio a sus enfermedades y miserias.
Tres años después, en 1529, la actual ciudad de Ameca es fundada por fray Antonio Cuéllar y se erige el primer templo bajo la dirección de fray Francisco Lorenzo, que las crónicas definen como “…una galera grande construida de adobe, con techo de paja de dos corrientes; lo dedicaron a Santiago Apóstol”. El 22 de noviembre de 1723 se inició la construcción del templo parroquial y se terminó en 1770. Su dedicación a Santiago Apóstol se hizo el 12 de marzo de 1749.
La parroquia de Santiago Apóstol ubicada en la plaza principal es uno de los edificios más hermosos de la ciudad. El atrio, remodelado, luce mejor que nunca con sus nuevas y espaciosas jardineras que alojan a distintos tipos de rosales y otras flores que saltan a la vista. Su fachada es de cantera rosa con portada de estilo barroco sobrio de dos cuerpos; el primer cuerpo tiene acceso con arco de medio punto moldurado y en el arco clave con relieve de ángel; a los lados del acceso se aprecian pares de columnas de media muestra estriadas y capitel dórico; en el segundo cuerpo está la ventana coral rectangular con un vitral, flanqueada por pares de columnas semejantes a las del primer cuerpo y entre las columnas se observan esculturas de piedra sobre peana; el remate de la portada es mixtilíneo con la imagen en alto relieve de la Virgen de Guadalupe.
Se observa una torre de tres cuerpos: el primero y segundo con ocho vanos de arco de medio punto, el tercer cuerpo con recubrimiento de azulejos y un remate con cúpula de gajos. Hay una portada lateral de dos cuerpos, el primero con acceso de arco de medio punto moldurado, a los lados pilastras estriadas; el segundo cuerpo muestra la figura en alto relieve del apóstol Santo Santiago. Frente a esta portada lateral se encuentra una cruz atrial con figuras de la pasión de Cristo: gallo, corona, escalera, pinzas y saco de monedas; tiene una inscripción que dice: “Hecha en 1687. Se puso aquí en 1887”. El interior del templo tiene planta de cruz latina, bóveda de arista, cúpula de gajos sobre base con vanos mixtilíneos y nichos entre ellos; el retablo principal es neoclásico. La cúpula es gallonada con linternilla y en el anillo tiene ventanas cubiertas con vitrales que permiten la iluminación al interior. En el ábside destaca el retablo principal que es de estilo neoclásico, hecho de cantera y recubrimiento dorado con columnas jónicas y ornamentos vegetales, el cual en el fanal alberga al Señor Grande de Ameca.
Lo dice el eclesiástico historiador, con puntuales argumentos:
“El mismo Santo Cristo está contradiciendo que uno sea el autor de la cabeza y otro el de su cuerpo y miembros. Basta estudiarlo un poco para convencerse de la falsedad de esta afi rmación. Pues que el colorido, proporción de miembros, fi gura de los mismos, etc. corresponden al mismo tipo de escultura y lineamientos artísticos del rostro, de manera que no aparece el Crucifi jo ser obra de dos escultores. El Crucifi jo entero es obra de un mismo estilo…”
Con lo anterior, ha de reconocerse la perfección de la escultura, el semblante dolorido, el gesto humano y divino de aquel rostro que causó tan sublime arrobo en el ánimo de quienes lo contemplaban maravillados, haciendo que el cura Solano encargara a un buen escultor completara la imagen del Crucifi cado, según dijo la tradicional leyenda.
Hay que aceptar, sin embargo, que la imagen acabada en fi na talla de cedro, muestra una palidez amarillosa, como de un cadáver, con chorreaduras de una sangre negra, como corresponde al color de una sangre muerta. Y aún consentir en lo que corresponde a la segunda parte de la leyenda: que quien hizo esta imagen murió al día siguiente de terminar el trabajo.
Al ser promulgada la Constitución de 1917, empezó en el país una época de orden y trabajo, las autoridades elegidas se empeñaron en reconstruir, ordenar, dar confi anza, emprender programas de desarrollo y bienestar social.
En este aliento, el ayuntamiento que presidió el Sr. Adolfo C. Preciado acordó la necesaria construcción de un palacio para el gobierno y encomendó al Ing. D. Porfi rio Lomelí la elaboración del proyecto respectivo. “Durante varios años se prolongaron los trabajos de construcción de esta magna obra, siendo llevados a cabo por las sucesivas autoridades municipales que presidieron los señores Julio Solórzano, Everardo Coronado, Vicente Zepeda y José C. Díaz Navarro”, anota el profesor Filemón, quien goza contemplando la torre almenada colocada en el ángulo exterior, que ha venido a ser como el emblema identifi cador de Ameca; desde ahí describe todo el conjunto arquitectónico al señalar.
“Lo que más destaca en su fachada principal es el pórtico de la comandancia de policía en la planta baja y un pabellón de la planta alta que ostenta ocho columnas de bello estilo corintio que sirven de sostén a primorosos cornisamentos los cuales se prolongan en forma superpuesta en la parte superior de la fachada. En un saliente colocado en la parte de arriba de dicho pórtico se encuentra incrustado el escudo nacional, hecho en fi na cantería rosa. En los extremos del edifi cio hay dos frontones triangulares que armonizan perfectamente con la unidad del conjunto”.
Plaza Principal
De forma rectangular, adoquinado, con fuentes de cantera que ostentan un vertedero en forma de capitel compuesto. Cuenta con área jardinada y bancas. Al centro luce un kiosco con base de estilo francés, construido a principios de siglo; es de planta poligonal, con techo en forma de corona, sostenido por postes de metal.
Parroquia de Santiago Apóstol
En el año de 1526, procedentes de Etzatlán, Jalisco, llegaron al valle de Ameca los misioneros franciscanos Francisco Lorenzo, Juan Calero y Antonio Cuéllar, quienes con verdadero celo apostólico se dedicaron a evangelizar a los naturales y a buscar alivio a sus enfermedades y miserias.
Tres años después, en 1529, la actual ciudad de Ameca es fundada por fray Antonio Cuéllar y se erige el primer templo bajo la dirección de fray Francisco Lorenzo, que las crónicas definen como “…una galera grande construida de adobe, con techo de paja de dos corrientes; lo dedicaron a Santiago Apóstol”. El 22 de noviembre de 1723 se inició la construcción del templo parroquial y se terminó en 1770. Su dedicación a Santiago Apóstol se hizo el 12 de marzo de 1749.
La parroquia de Santiago Apóstol ubicada en la plaza principal es uno de los edificios más hermosos de la ciudad. El atrio, remodelado, luce mejor que nunca con sus nuevas y espaciosas jardineras que alojan a distintos tipos de rosales y otras flores que saltan a la vista. Su fachada es de cantera rosa con portada de estilo barroco sobrio de dos cuerpos; el primer cuerpo tiene acceso con arco de medio punto moldurado y en el arco clave con relieve de ángel; a los lados del acceso se aprecian pares de columnas de media muestra estriadas y capitel dórico; en el segundo cuerpo está la ventana coral rectangular con un vitral, flanqueada por pares de columnas semejantes a las del primer cuerpo y entre las columnas se observan esculturas de piedra sobre peana; el remate de la portada es mixtilíneo con la imagen en alto relieve de la Virgen de Guadalupe.
Se observa una torre de tres cuerpos: el primero y segundo con ocho vanos de arco de medio punto, el tercer cuerpo con recubrimiento de azulejos y un remate con cúpula de gajos. Hay una portada lateral de dos cuerpos, el primero con acceso de arco de medio punto moldurado, a los lados pilastras estriadas; el segundo cuerpo muestra la figura en alto relieve del apóstol Santo Santiago. Frente a esta portada lateral se encuentra una cruz atrial con figuras de la pasión de Cristo: gallo, corona, escalera, pinzas y saco de monedas; tiene una inscripción que dice: “Hecha en 1687. Se puso aquí en 1887”. El interior del templo tiene planta de cruz latina, bóveda de arista, cúpula de gajos sobre base con vanos mixtilíneos y nichos entre ellos; el retablo principal es neoclásico. La cúpula es gallonada con linternilla y en el anillo tiene ventanas cubiertas con vitrales que permiten la iluminación al interior. En el ábside destaca el retablo principal que es de estilo neoclásico, hecho de cantera y recubrimiento dorado con columnas jónicas y ornamentos vegetales, el cual en el fanal alberga al Señor Grande de Ameca.
Señor Grande de Ameca
Hay
que decir, acerca de la leyenda del Cristo de Ameca, que parece fue
propagada o a lo menos aceptada allá por 1941 por el entonces párroco
del lugar, D. Donaciano Ruvalcaba.
El canónigo Luis Enrique Orozco en su inmensa obra Los Cristos de caña de maíz, analizó documentos, recabó referencias de archivos viejos, estudió con detenimiento la imagen y llegó a esta conclusión: no hubo el tal misterioso arriero llamando a las puertas del curato y no hubo el encargo de una venerable cabeza de Cristo a la que luego se agregó el cuerpo, a cargo de un ameritado escultor.
El canónigo Luis Enrique Orozco en su inmensa obra Los Cristos de caña de maíz, analizó documentos, recabó referencias de archivos viejos, estudió con detenimiento la imagen y llegó a esta conclusión: no hubo el tal misterioso arriero llamando a las puertas del curato y no hubo el encargo de una venerable cabeza de Cristo a la que luego se agregó el cuerpo, a cargo de un ameritado escultor.
Lo dice el eclesiástico historiador, con puntuales argumentos:
“El mismo Santo Cristo está contradiciendo que uno sea el autor de la cabeza y otro el de su cuerpo y miembros. Basta estudiarlo un poco para convencerse de la falsedad de esta afi rmación. Pues que el colorido, proporción de miembros, fi gura de los mismos, etc. corresponden al mismo tipo de escultura y lineamientos artísticos del rostro, de manera que no aparece el Crucifi jo ser obra de dos escultores. El Crucifi jo entero es obra de un mismo estilo…”
Con lo anterior, ha de reconocerse la perfección de la escultura, el semblante dolorido, el gesto humano y divino de aquel rostro que causó tan sublime arrobo en el ánimo de quienes lo contemplaban maravillados, haciendo que el cura Solano encargara a un buen escultor completara la imagen del Crucifi cado, según dijo la tradicional leyenda.
Hay que aceptar, sin embargo, que la imagen acabada en fi na talla de cedro, muestra una palidez amarillosa, como de un cadáver, con chorreaduras de una sangre negra, como corresponde al color de una sangre muerta. Y aún consentir en lo que corresponde a la segunda parte de la leyenda: que quien hizo esta imagen murió al día siguiente de terminar el trabajo.
Monumento a la Fe
Esta
pieza se localizaba frente al templo de Santiago Apóstol. Es un
monumento elaborado en 1874, que también se conocía como “La Pirámide”.
Era una columna alta de cantera que reposaba sobre un pedestal con fuste
liso y capitel jónico. Este sostenía la escultura de una fi gura
femenina que representaba la fe por medio de una fl ama que emergía de su
cabeza. Con el temblor de 1930 la columna se cayó. Posteriormente el
monumento fue reconstruido pero con el sismo del 9 de octubre de 1995
sufrió daños por segunda vez. Desafortunadamente durante el temblor del
21 de enero de 2003, la pieza se cayó totalmente. A la fecha no han
vuelto a colocarla en su lugar.
A
propósito de la religiosidad de este pueblo, vale la pena mencionar el
monumento a la Fe, magnífi ca columna de piedra construida hace casi 150
años cuando los habitantes del lugar quisieron levantar a la altura, más
arriba del caserío, un grito ardiente de alabanza, de amor y adhesión a
los valores religiosos que llevaban desde siempre en sus vidas.
Es interesante dar las referencias históricas de esta airosa columna, siguiendo la información que dio el Prof. Filemón Gutiérrez Ramírez en su libro Amecatl, preciosa, valiosa y muy interesante recopilación de datos referidos a las raíces, los hombres, el desarrollo, los avances, la vida y costumbre de los amequenses, escrito con pasión y emoción, y publicado por Suárez Muñoz Ediciones, en agosto de 1982.
Dice el Prof. Filemón que en sus orígenes esta columna fue nombrada la “Columna de la Religión” y en relación a los pasos que fueron señalando su presencia en la historia de Ameca, anota:
“Esta hermosa columna fue ubicada a unos quince metros, al noroeste del ángulo izquierdo del templo de Santiago Apóstol. Fue durante los meses de noviembre a diciembre de 1871 cuando se estuvieron acarreando voluminosas y pesadas piedras de cantera, para que fi nalmente fueran labradas por hábiles operarios en el arte de la cantería.
El 28 de septiembre de 1872 se colocó la primera piedra de esta obra; para el 16 de noviembre del mismo año se terminó de construir la basa; dos días después quedó colocado el primer cilindro; para el día 28 del citado mes y año se pusieron los otros tres cilindros quedando así terminado el fuste de la columna; un día después se colocó el capitel, y la bella estatua de “La Religión”, fue colocada sobre la columna el 12 de mayo de 1873. La demora en su colocación se debió a que el escultor a quien fueron pagados doscientos setenta pesos por su trabajo, tardó en entregarlo. La altura de la columna es de 18 varas”.
Es interesante dar las referencias históricas de esta airosa columna, siguiendo la información que dio el Prof. Filemón Gutiérrez Ramírez en su libro Amecatl, preciosa, valiosa y muy interesante recopilación de datos referidos a las raíces, los hombres, el desarrollo, los avances, la vida y costumbre de los amequenses, escrito con pasión y emoción, y publicado por Suárez Muñoz Ediciones, en agosto de 1982.
Dice el Prof. Filemón que en sus orígenes esta columna fue nombrada la “Columna de la Religión” y en relación a los pasos que fueron señalando su presencia en la historia de Ameca, anota:
“Esta hermosa columna fue ubicada a unos quince metros, al noroeste del ángulo izquierdo del templo de Santiago Apóstol. Fue durante los meses de noviembre a diciembre de 1871 cuando se estuvieron acarreando voluminosas y pesadas piedras de cantera, para que fi nalmente fueran labradas por hábiles operarios en el arte de la cantería.
El 28 de septiembre de 1872 se colocó la primera piedra de esta obra; para el 16 de noviembre del mismo año se terminó de construir la basa; dos días después quedó colocado el primer cilindro; para el día 28 del citado mes y año se pusieron los otros tres cilindros quedando así terminado el fuste de la columna; un día después se colocó el capitel, y la bella estatua de “La Religión”, fue colocada sobre la columna el 12 de mayo de 1873. La demora en su colocación se debió a que el escultor a quien fueron pagados doscientos setenta pesos por su trabajo, tardó en entregarlo. La altura de la columna es de 18 varas”.
Templo de "La Conchita"
Su
construcción data del siglo XIX (1854), es el más antiguo de Ameca y
cuenta con una cruz atrial. Al frente se encuentra un atrio cuyo acceso
es por arco deprimido con columnas de capitel jónico a los lados,
sosteniendo entablamento con friso ornamentado de follajes en relieve y
arriba remates de jarrón.
La portada de la capilla muestra un pórtico al frente con arco deprimido y arriba un frontón; el acceso es por arco de medio punto con clave en relieve y jambas tableradas. El interior tiene planta de una nave con bóveda de cañón, cúpula de base octagonal; las pechinas decoradas con medallón y caras de ángeles en relieve; el coro con órgano y el sotocoro con arco deprimido.
Construcción que data del siglo XIX. Su portada es de un cuerpo, con arco de medio punto sobre jambas estriadas, y arriba, entablamento con frontón roto; la ventana coral es rectangular; en el remate de la portada se observa un vano circular y un medallón.
Dos airosas torres de tres cuerpos y remate se elevan mostrando a cada lado pares de columnas en cantera, que flanquean vanos con arco de medio punto; el remate es piramidal, con esculturas de águila en la punta.
La portada de la capilla muestra un pórtico al frente con arco deprimido y arriba un frontón; el acceso es por arco de medio punto con clave en relieve y jambas tableradas. El interior tiene planta de una nave con bóveda de cañón, cúpula de base octagonal; las pechinas decoradas con medallón y caras de ángeles en relieve; el coro con órgano y el sotocoro con arco deprimido.
Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
Construcción que data del siglo XIX. Su portada es de un cuerpo, con arco de medio punto sobre jambas estriadas, y arriba, entablamento con frontón roto; la ventana coral es rectangular; en el remate de la portada se observa un vano circular y un medallón.
Dos airosas torres de tres cuerpos y remate se elevan mostrando a cada lado pares de columnas en cantera, que flanquean vanos con arco de medio punto; el remate es piramidal, con esculturas de águila en la punta.
ESTACIÓN DEL FERROCARRIL
A partir de 1985 durante el gobierno de Porfirio Díaz se comenzaron las acciones por
subsanar los vacíos e incumplimientos de obras relacionadas con el ferrocarril que no se
habían cumplido por años por el gobierno federal. En ese entonces Se dieron las concesiones
de construcción de la línea principal que pasaría por AMECA y la instrucción de que las
estaciones fueran semejantes a las demás líneas del Ferrocarril Central Mexicano.
como dato Histórico, es importante mencionar que el presidente de la República Porfirio Diaz
el 06 de Diciembre de 1896, inauguró la ruta del ferrocarril Guadalajara –Ameca en la
estación de Ameca en vez de hacerlo en Guadalajara, se decía que le tenia mucho aprecio a
los Amequenses por el apoyo recibido cuando andaba huyendo. Se ofrecio para el evento una
comida en el hotel francés propiedad de Jesus Odilon Cañedo,y no dio inicio a la comida hasta
que no llego el señor Eustaquio Arias y le agradeció públicamente el favor recibido 24 años
atrás siendo en ese entonces nuestro presidente un simple guerrillero.
El ferrocarril fue en ese entonces un medio de comunicación muy importante favoreciendo así
al municipio convirtiéndolo en el centro del comercio para esta zona y logrando potencializar
su desarrollo económico y su proyección a nivel nacional.
La existencia de vías del ferrocarril en desuso, resulto ser el recurso en el que se centró el
proyecto de Vías Verdes Jalisco, este se puso en marcha en el 2007 por el Gobierno de
Jalisco, el cual contempló recuperar y acondicionar dos tramos de ruta de redes ferroviarias
fuera de servicio para ponerlos a disposición de los usuarios no motorizados como peatones,
ciclistas, personas con movilidad reducida entre otros con fines recreativos y para realizar
desplazamientos cotidianos entre las comunidades y la cabecera municipal. Durante todo el
año la estación se utiliza como sede para mucho eventos , ademas que a diario los
habitantes y visitantes vienen a ejercitarse. Actualmente con bicicletas para prestamos
gratuitos para el servicio de todos y están al cuidado del guía del lugar.
A partir de 1985 durante el gobierno de Porfirio Díaz se comenzaron las acciones por
subsanar los vacíos e incumplimientos de obras relacionadas con el ferrocarril que no se
habían cumplido por años por el gobierno federal. En ese entonces Se dieron las concesiones
de construcción de la línea principal que pasaría por AMECA y la instrucción de que las
estaciones fueran semejantes a las demás líneas del Ferrocarril Central Mexicano.
como dato Histórico, es importante mencionar que el presidente de la República Porfirio Diaz
el 06 de Diciembre de 1896, inauguró la ruta del ferrocarril Guadalajara –Ameca en la
estación de Ameca en vez de hacerlo en Guadalajara, se decía que le tenia mucho aprecio a
los Amequenses por el apoyo recibido cuando andaba huyendo. Se ofrecio para el evento una
comida en el hotel francés propiedad de Jesus Odilon Cañedo,y no dio inicio a la comida hasta
que no llego el señor Eustaquio Arias y le agradeció públicamente el favor recibido 24 años
atrás siendo en ese entonces nuestro presidente un simple guerrillero.
El ferrocarril fue en ese entonces un medio de comunicación muy importante favoreciendo así
al municipio convirtiéndolo en el centro del comercio para esta zona y logrando potencializar
su desarrollo económico y su proyección a nivel nacional.
La existencia de vías del ferrocarril en desuso, resulto ser el recurso en el que se centró el
proyecto de Vías Verdes Jalisco, este se puso en marcha en el 2007 por el Gobierno de
Jalisco, el cual contempló recuperar y acondicionar dos tramos de ruta de redes ferroviarias
fuera de servicio para ponerlos a disposición de los usuarios no motorizados como peatones,
ciclistas, personas con movilidad reducida entre otros con fines recreativos y para realizar
desplazamientos cotidianos entre las comunidades y la cabecera municipal. Durante todo el
año la estación se utiliza como sede para mucho eventos , ademas que a diario los
habitantes y visitantes vienen a ejercitarse. Actualmente con bicicletas para prestamos
gratuitos para el servicio de todos y están al cuidado del guía del lugar.






























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